lunes, 19 de noviembre de 2012

Una verdad incómoda. Reflexión.




En mi opinión se trata de un documental muy gráfico sobre la situación de nuestro planeta y, quedándonos con el mensaje profundo que encierra la película, podemos hacernos a la idea de la situación en la que nos encontramos con respecto al conflicto del cambio climático.

Este problema,de gran actualidad, nos concierne a todos y cada uno de nosotros, a pesar de que haya muchas personas que se desentiendan de él, bien porque sean escépticos y duden de su veracidad o porque crean que su impacto se dará a muy largo plazo. No obstante, el cambio climático no es algo en lo que se pueda o no creer: hay datos científicos que lo avalan y por tanto es una realidad. Además, todas esas posturas egoístas en las que solo nos preocupamos por nosotros mismos deberían cambiar. Es cierto que seguramente no lleguemos a ver el alcance total del cambio climático, pero hay que pensar también en las generaciones futuras. Tenemos que intentar dejarles el mejor legado posible y no sería justo que tuvieran que vivir en un mundo lleno de desastres naturales y devastación por nuestros errores.

Se ha desarrollado en nuestra sociedad el concepto equivocado de que cuidar la naturaleza está reñido con el crecimiento económico. Sin embargo, este conflicto de intereses no es real, con las gestiones adecuadas podríamos encontrar un punto medio, el equilibrio para conseguir un balance sostenible. Además, se ha relegado el estado de nuestro planeta a un segundo plano y se da prioridad a la producción industrial  de una manera desmesurada.

El cambio climático se ha convertido también en un grave problema ético y moral. Si se continúa con este tipo de actitudes pasivas por parte de los gobiernos, nuestro planeta sufrirá las consecuencias. Deben abrir los ojos y enfrentarse al problema que supone, aunque en ocasiones no les convenga verlo.

He aprendido que el cambio climático es una triste realidad pero que está en nuestra mano, como iniciadores del proceso, frenar su avance para evitar quedarnos sin un futuro. No es algo permanente pero si se sigue dejando para luego acabará por ser demasiado tarde.

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