martes, 20 de noviembre de 2012

Una verdad incómoda. Análisis del cambio climático


Al Gore nos advierte sobre el peligro que supone la falta de reacción ante el cambio climático, que acabaría teniendo un fuerte impacto sobre nuestro planeta.
La atmósfera se está llenando de contaminación que deriva en el calentamiento global de la Tierra.

La Tierra está rodeada por una  capa  gaseosa que es la atmósfera. La atmósfera no es uniforme en  su latitud ni en su altitud, al haber variaciones, principalmente, de la densidad y de la temperatura.  Está formada por troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera.
La troposfera es la capa más baja de la atmósfera y está  por tanto en contacto con la superficie de la Tierra.  Ahí reside su gran importancia. Comparando su espesor con el de toda la atmósfera es una capa delgada, pero que contiene la mayor parte de la masa de la atmósfera (puede llegar hasta los 10 o 12 kilómetros).

La radiación del Sol llega a la Tierra y la devuelve  a la atmósfera en forma de onda corta.  Puede quedar retenida en la atmósfera por determinados gases. En ausencia de estos gases la radiación se hubiera disipado hacia la atmósfera exterior. Esto es lo que llamamos efecto invernadero.

Gracias a esta absorción que se ha producido desde siempre, la Tierra tiene vida, tal como la como la conocemos en la actualidad, pues tanto el vapor de agua como el CO2 que forman parte de la atmósfera hacen que la temperatura media de la Tierra sea de 15 ªC. Este efecto invernadero se conoce como efecto invernadero natural.

El dióxido de carbono se produce por la respiración de los seres  vivos, por las combustiones, por ciertas reacciones químicas, por el consumo de combustibles fósiles, la combustión de madera, producción de cemento etc.

Las grandes producciones de dióxido de carbono, así como  gases de efecto invernadero como metano, óxido nitroso, ozono troposférico, halocarburos (CFCs) y otros en menor proporción han contribuido al aumento de la concentración de estos gases en la atmosfera, constituyendo el efecto invernadero artificial, causado en su mayoría por el hombre, produciéndose un aumento de  la temperatura de la Tierra.

El seguimiento de la proporción de dióxido de carbono en la atmósfera se realiza  a partir del  año 1957, donde de forma constante todos los días lanzaban globos meteorológicos para analizar su evolución.

Dicho seguimiento es de gran interés para el estudio el cambio climático y para la previsión y tendencia de los mismos en el fututo. Actualmente hay muchas estaciones que proporcionan valores globales de la proporción de CO2  a escala planetaria.

La cantidad  de dióxido de carbono que había en las primeras mediciones  era de 314 partes por millón, aunque al principio de la era industrial la proporción fue 294 partes por millón.
La curva de CO2 presenta un perfil de sierra, de modo que durante el verano en cada hemisferio disminuye la proporción de CO2 por efecto de la fotosíntesis vegetal. En invierno el crecimiento es muy acusado y superior al decrecimiento del verano. Esto es porque en el periodo invernal disminuye drásticamente la fotosíntesis vegetal y se origina a la vez un gran consumo de combustibles fósiles para la calefacción,  industrias, centrales térmicas de carbón, coches etc., sobretodo en el Hemisferio Norte debido a que este hemisferio es donde se encuentran las mayores emisiones producidas por el hombre, porque es donde se hallan las principales áreas industrializadas del mundo.

El aumento anual de CO2 viene a ser 1,8 partes por millón con tendencia a acelerarse. En la actualidad la concentración de CO2 en la atmósfera ya supera 354 partes por millón.

Hasta ahora, la atmósfera ha contado con mecanismos de respuesta conforme las emisiones han ido creciendo, pero en la actualidad parece que este equilibrio se está rompiendo. ¿Qué pasará dentro de 50 años  si el CO2 sigue creciendo en estas proporciones o más? Algunos de los efectos que se producirían sobre la superficie de la Tierra ya se están notando y otros no tardarán en llegar:

1. La temperatura del planeta se elevó en el último siglo un grado centígrado. Once de los últimos 12 años (1995-2006), están en el ranking de los 12 años más cálidos desde que se iniciaron los registros en el año 1850. La media de la subida de la temperatura  en los últimos 50 años es de 0,13 grados por decenio, casi el doble de la registrada en los últimos 100 años.

2. Fenómenos meteorológicos extremos.Las temperaturas más altas podrían fomentar sequías, olas de calor, inundaciones, precipitaciones fuertes y ciclones tropicales intensos. Al aumentar la temperatura, habrá más evaporación y, por tanto, más humedad en la atmósfera, lo que nos lleva a más precipitación. No será algo uniforme, en unos lugares tendrán muchísimas precipitaciones y otros padecerán sequías.

3. Subirá el nivel del mar. La temperatura media de los océanos ha aumentado. Este calentamiento hace aumentar su nivel. Así, ha subido 3,1 milímetros por año desde los años 90. Esta elevación se debe al calentamiento del agua y al deshielo de los glaciares. Las costas retrocederán en función del aumento de CO2. Si la subida del mar alcanzara 50 cm una buena parte de las playas del cantábrico, de la manga del mar menor o de Doñana  desaparecerían. En los demás países pasaría lo mismo, como en los Países Bajos, zonas  de China, India, etc.

4. Deshielo en los polos. El hielo retrocede a una media del 7,4% cada 10 años en verano. Las tierras heladas han decrecido un 7% en el Hemisferio Norte desde 1900, con un descenso en primavera que llega al 15%. También el hielo en Groenlandia se está derritiendo y se trasvasa al océano. Se pierden 221 kilómetros cúbicos de hielo al año,  el doble que en 1996.  Si se fundiera todo, los océanos subirían entre 6 o 7 metros de altura.

Aneto 1950
Aneto 2009

5. Glaciares en retroceso.Se calcula que nueve de cada diez glaciares en todo el mundo se están derritiendo de forma apreciable en los últimos 25 años. Se estima que el 75% de los glaciares de los Alpes habrá desaparecido  en el 2050.

6. Naturaleza alterada.Los cambios meteorológicos provocan desfases que pueden poner en grave peligro muchas especies de animales y de vegetales.  Los hábitats cambian, al igual que las fechas de fenómenos anuales como la floración, las migraciones y los nacimientos. Una parte de la flora crece ahora en cotas más altas. Los ciclos de ciertas plantas y los insectos que los polinizan, quedan desfasados.

Podemos usar algunos de los consejos que nos da Al Gore para intentar solucionar este problema: usar bombillas de bajo consumo, sustituir electrodomésticos por otros más eficientes,  emplear la bici para trayectos cortos, conducir de forma moderada, utilizar la climatización de forma responsable…





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